jueves, 22 de diciembre de 2016

LA LOCURA DELIRANTE DEL CASTRO COMUNISMO DE TRES TOLETES.

ÚLTIMOS DÍAS DE LA DICTADURA CASTRO COMUNISTA.
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||






Las tres cabezas que gobiernan la Venezuela chavista

BY: ESCRITOR INVITADO - AGO 16, 2016, 8:52 AM
(HoyenNoticias) socialismo
Maduro es una brizna a la deriva entre fuerzas que tienen agenda propia, y que, solo se mantienen unidos en torno suyo hasta tanto las circunstancias indiquen que llegó la hora de tirar su cabeza a los leones (HoyenNoticias)
Por Manuel Malaver
La tesis más socorrida -y menos estudiada- en el contexto de la enorme crisis política y económica que sacude al país, es que la dictadura de Maduro concluyó fracturada en tres fragmentos que, si bien hasta ahora coinciden en sostener al régimen, no pocas veces se refractan, trifurcan y hasta parecieran prestas a desgarrarse unas otras.
Característica inconciliable, primero, con la unicidad dictatorial y, después, con la estatocracia socialistaque une violencia y centralización para reducir a un sistema diverso,  disperso y adverso como el capitalismo.
Pero hablar de Chávez y el chavismo, del “Socialismo del Siglo XXI” y Maduro,  es referirse a exotismos, matices y especificidades  como jamás habían sucedido en la historia de los “socialismos”, y orientarse frente a ellos para descubrirlos, denunciarlos y, al final,  arrollarlos, no solo ha significado tiempo, sino sufrimientos que hoy se pueden encontrar en cualquier calle de Venezuela.
Para empezar, Chávez -un militar de baja graduación- inicia su carrera política con una intentona golpista fracasada que, no obstante, le trae la sorpresa que le proporciona una inmensa popularidad que lo ubica en la posición ideal para dar el siguiente paso: crear un partido político cívico-militar, con el cual, se involucra en una campaña electoral por la presidencia de la República que, dada la crisis económica que sufre el país, el colapso del liderazgo democrático, y sus dotes de demagogo impar, le permiten acceder a la presidencia con una votación no muy holgada, pero incontrastable.
Jugada magistral que, sin embargo, pudo significarle un paso efímero y trágico por el poder, ya que, le impuso gobernar con un establecimiento político que lo adversaba en un 70 % y podía derrocarlo, constitucionalmente, en cuanto diera las primeras muestras de inconfiabilidad y debilidad, tal cual sucedió con Allende en Chile.
Pero Chávez tomó nota, se le ofreció a los náufragos del colapso del comunismo de finales de los 80 y comienzos de los 90 como el líder de un proyecto de restauración, y de ahí nació el modelo de socialismo híbrido –medio socialista, medio capitalista, medio democrático, medio dictatorial-que representó la coexistencia con factores que siempre lo enfrentaron y ahora accedieron a   la mayoría absoluta del Poder Legislativo  que, por lo menos, destruyeron al chavismo y al “Socialismo del Siglo XXI” como un sistema político y económico viable, exportable y con futuro.
Lo anterior significa que con Chávez desaparece el sistema de dictadura socialista centralista, de poder único y excluyente, totalitaria e hiperpersonalista, y nace el híbrido, que permite una cierta pluralidad, pero mientras garantice una mutilación progresiva de los poderes públicos y de la sociedad civil, para que, al final, se arribe la comunismo de siempre, al leninista, stalinista y castrista.
El régimen, entonces, se mantiene a través de un liderazgo carismático que, en cuanto no crea estructuras, fuerzas orgánicas, ni  jerarquizadas, conducen  a una anarquía reglada, no solo dentro, sino fuera del gobierno, como resultaron ser  los colectivos, los pranes y los distintos carteles de narcotraficantes que se hacen uno con el poder.
Es, lo que podríamos llamar, una variante o tendencia posmoderna del marxismo y el socialismo clásicos, ortodoxos, que ahora renuncia a los dogmas para pescar todo cuanto pueda serle útil, sin importar su naturaleza y destino,  y  usarlos como aportes que confundan, dispersen y pierdan a los enemigos y  opositores que siempre se encontrarán con fantasmas en los que nunca pensaron, ni imaginaron.
Versión de la política, la realidad y la vida que podía convenir y ser aprovechada por un líder fuerte y carismático como Chávez, pero no por el débil, desangelado y voluminoso Maduro, el cual, ha llevado la anarquía al extremo de que, el mismo “Poder Ejecutivo” está dividido en tres cabezas, o cadenas de mando que, pueden ubicarse entre Padrino López, Diosdado Cabello y Néstor Reverol.
En otras palabras Maduro es una brizna a la deriva entre fuerzas que tienen agenda propia, y que, solo se mantienen unidos en torno suyo hasta tanto las circunstancias indiquen que llegó la hora de tirar su cabeza a los leones, como se despacha a los que llegan al poder por el simple influjo de la fortuna, y una vez llegados, no hacen nada para brillar aunque solo sea por una mínima llama de luz propia.
Una nulidad absoluta y sin remisión, con una bolsa en la mano para comprar lealtades y, por lo tanto, tolerado con el desprecio de quienes ignoran que, forjarse un liderazgo requiere algo más que dólares, amenazas y cadenas de radio y televisión.
¿Pero quiénes son  estos dueños reales del poder en Venezuela y en qué medida se alían, se enfrentan, marcan, desmarcan y se unen para mantener la falsa apariencia de estar unidos:

2 comentarios:

  1. PARA ENTENDER ESTE LABERINTO IRRACIONAL QUE ES EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI ES NECESARIO ANALIZAR LOS DIRIGENTES CON EL TRAUMA PSICÓTICO DE LA LOCURA DELIRANTE INDUCIDA POR LA IDEOLOGÍA CASTRO COMUNISTA CRIMINAL.

    ResponderEliminar
  2. El colectivismo parece democrático hasta que se aplica
    BY: JOSÉ AZEL - DIC 28, 2016, 9:09 AM
    2903
    (Gaceta) culturas
    Hoy casi 75 % de las culturas del mundo pueden calificarse como colectivistas. (Gaceta)
    En su libro Aprendiendo a morir en Miami, Carlos Eire, profesor de Historia y Estudios Religiosos en la Universidad de Yale, explora su asimilación cultural a la vida americana. A medidas que el joven, Carlos aprende inglés, advierte que piensa diferente en inglés, y que su nueva manera de pensar altera su percepción del mundo. Se sorprende por la manera en que su nuevo lenguaje le asigna más opciones y responsabilidad que su nativo español.

    Lea más: Detectan numerosas irregularidades en obras del Centro Cultural Kirchner
    Lea más: La “cultura apolítica” de Gustavo Dudamel ante el colapso de Venezuela
    Él no lo sabía entonces, pero el joven Carlos comenzaba su conversión cultural del colectivismo al individualismo. Hoy casi 75 % de las culturas del mundo, incluyendo la mayoría de las latinoamericanas, pueden calificarse como colectivistas. Pero, ¿qué significa realmente tener valores individualistas o colectivistas?

    En el ejemplo del profesor Eire, si camino a sus clases cae al piso uno de sus libros, en español diríamos “se me cayó el libro”. Construcción difícil de traducir al inglés, porque las formas reflexivas son raras en inglés. Sería algo así como: “The book dropped itself from me” (el libro se cayó por sí solo).

    En esencia la construcción en español implica cambio de responsabilidad y concepción de víctima. En contraste, en la composición en inglés la responsabilidad se reconoce totalmente diciendo simplemente: “I dropped my book” (Yo dejé caer mi libro). Solamente si no fuéramos los responsables de sostenerlo diríamos “el libro se cayó”.

    Con humor e ingenio el profesor Eire acentúa el punto así: “Maldición, el libro tuvo la osadía de caérseme. Maldito libro. Maldita gravedad. Pobre de mí. Si las leyes de gravedad fueran diferentes no tendría este problema”.

    Este ejemplo muestra un profundo contraste cultural. En inglés es culpa nuestra haber dejado caer el libro. En español nos excusamos: el libro se cayó de nuestras manos.

    Las ideologías políticas gustan tanto a las ideas individualistas como colectivistas. Los individualistas hablan de “derechos individuales” o “libertad individual”, mientras los colectivistas reclaman “el bien común” u “obligaciones sociales”. En el centro filosófico del debate está la cuestión fundamental de si la vida de una persona pertenece a ella misma o a la comunidad, sociedad o Estado.

    Los individualistas creen que la vida de una persona pertenece a esa persona, que tiene un derecho inalienable a actuar de acuerdo a su propio juicio; el individuo es soberano y la unidad básica de interés moral. Un fin en sí mismo, no un medio para los fines de otros.

    El colectivismo considera que la vida no pertenece a la persona, sino al grupo o sociedad de la cual es solamente una parte. El individuo no tiene derechos propios, y debe sacrificar sus creencias y objetivos por el “bienestar mayor” del grupo. Para los colectivistas es el grupo, no el individuo, la unidad básica de interés moral.


    Como descubrió el joven Carlos, en las culturas individualistas la vida requiere habilidades y valores autoorientados. El individualismo americano valora altamente la autosuficiencia y la libertad de elegir uno mismo y hacerse responsable por los resultados; por ejemplo, “I dropped my book”.

    En regímenes colectivistas figuras autoritarias demandan obediencia al colectivo, pretendiendo que aceptemos nuestro lugar en la jerarquía social y desempeñemos solamente los roles esperados de nosotros en beneficio del grupo. Las culturas colectivistas adornan con explicaciones externas las causas de un evento y asignan menos responsabilidades personales por los resultados; por ejemplo, “se me cayó el libro”.


    ResponderEliminar