martes, 4 de julio de 2017

LA VIRTUD DEL EGOÍSMO.

CAMINO DE AUTOREALIZACIÓN 
DE LA SOCIEDAD HACIA EL PLENO PERFECCIONAMIENTO POR AMOR.



¿ QUE SIGNIFICA EL EGOÍSMO RACIONAL PARA EDUCAR A LOS CIUDADANOS CON LOS VALORES CARDINALES PLENAMENTE REALIZADOS CON LIBRE ALBEDRÍO.?
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PUNTUALICEMOS ESTE CONCEPTO ESENCIAL PARA ACCEDER A UNA SOCIEDAD REALIZADA CON EL FIN SUPERIOR DEL AMOR PLENO.
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1°. El egoísta racional tiene a la propia felicidad como objetivo fundamental de su vida, pero la encuentra en valores objetivamente buenos, aceptando la realidad como árbitro, la razón como juez, y los derechos ajenos a la vida, a la libertad y a la propiedad como límite intransigible.
2°. La ética del egoísmo racional está basada en el hecho de que el hombre es un ser individual, con su propio cuerpo y su propia mente, con sus propias habilidades, sus deseos y sus sueños. Con derecho a vivir para sí mismo y llevar a cabo las acciones que le permita conservar sus valores.
3°. El egoísta racional considera que tiene derecho a vivir por sí mismo y no está dispuesto a convertirse en un animal de sacrificio para satisfacer los deseos ajenos, ni espera convertirse en el verdugo de sus hermanos pidiéndoles a ellos que se sacrifiquen por él.


EN CONTRAPARTIDA LA IDEOLOGÍA COMUNISTA:
1°. ES UN SÍNDROME DE LOCURA COMPARTIDA POR UNA
IDEOLOGÍA DE IDEAS MUERTAS Y
2°. PSICÓPATAS DISOCIADOS ENFERMOS DE IGNORANCIA, POR
LO QUE TERMINAN EMPOBRECIDOS, EMBRUTECIDOS, CORRUPTOS, ENVILECIDOS Y ESCLAVOS DE UN CATECISMO DE PROFECÍAS UTÓPICAS QUE NUNCA SE HAN REALIZADO POR SER EXTREMADAMENTE IRRACIONALES.
3°. EL TIPO DE SOCIEDAD DE ESTAS DICTADURAS TOTALITARIAS ES EL AUTORITARISMO DE UNA OLIGARQUÍA TITÁNICA FASCISTA DIRIGIDA POR LOS RICOS MÁS BRUTOS,
3°. PORQUE OBTIENEN LA RIQUEZA NO POR TRABAJO DEBIDO, SINO POR LA CORRUPCIÓN ABSOLUTA
4°. QUE LES PROPORCIONA EL"ABUSO DE PODER"
CON FINES PERSONALES Y POLÍTICOS PARTIDISTAS QUE BENEFICIAN A UNA MINORÍA
5°. Y CONDENAN A LAS MAYORÍAS CAUTIVAS QUE DEBEN SACRIFICAR SUS VALORES DE REALIZACIÓN SUPERIOR
6°. AL NO UTILIZAR LA VOLUNTAD DE VIVIR Y LA VOLUNTAD DE PODER
7°. PARA SER LO MEJOR QUE PUEDEN DESARROLLAR DE SU POTENCIAL CON UN APRENDIZAJE INTELIGENTE PERMANENTE.


Carlos Antonio Ruiz Villanueva
EL MANDAMIENTO ES AMAR AL PRÓJIMO COMO TE AMAS A TI MISMO. SI NO NOS AMAMOS A NOSOTROS MISMOS, EN PRIMERA INSTANCIA, ¿ QUÉ PODEMOS DAR A LOS DEMÁS DE NOSOTROS. ?
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Egoísmo racional: el camino
a una sociedad benevolente.
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BY: MARÍA MARTY -
@MARIAMARTY16 -
JUL 2, 2017, 11:00 AM
2816
(YouTube)
En la foto: la filósofa y novelista rusa-americana Ayn Rand. (YouTube).
Cuando la novelista y filósofa rusa-americana Ayn Rand publicó su libro “La Virtud del Egoísmo” (The Virtue of Selfishness), su título generó una serie de reacciones poco favorables. Hasta el día de hoy, cuando recomiendo el libro, varias personas me preguntan ¿Qué puedo esperar de una autora que pone al egoísmo como una virtud? “Eso no es nada,” – les respondo – “ella pone al egoísmo como base de su ética.”
El punto importante a aclarar acá es que el egoísmo al que Rand se refiere, difiere radicalmente de la errada concepción que la mayoría tiene sobre el término, quienes no identifican al egoísta como quien se ocupa y actúa de acuerdo a su propio interés, sino como aquel capaz de arremeter contra todo y todos con tal de obtener lo que desea.
Lea más: A 112 años del nacimiento de Ayn Rand: “una luchadora contra toda forma de autoritarismo”
Lea más: Nathaniel Branden (1930-2014), el psicólogo que popularizó el objetivismo
Actualmente, hay una fuerte tendencia a separar a las personas según una falsa alternativa ética: los dadores / altruistas frente a los tomadores / depredadores / “egoístas”. O eres de los que ponen a los demás por delante de ti mismo (no importa quiénes sean esos otros), o eres de los que harían cualquier cosa con tal de lograr lo que deseas. El dador altruista es el niño que comparte sus más preciados juguetes con quien ni siquiera aprecia cuando internamente desearía no hacerlo. El depredador egoísta es el niño prepotente que arranca de las manos los juguetes ajenos, guiado por sus deseos, sus caprichos o el placer de ejercer su poder.
Frente a esta falsa alternativa, los padres parecen tener solo dos caminos al educar a sus hijos.

Así es que vemos como algunos padres se esfuerzan por matar el virus egoísta de sus hijos desde que son muy pequeños, haciéndoles sentir que pensar en sí mismos, buscar su propio beneficio, tener sentido de la propiedad, sentir orgullo, son la parte mala a la que deben renunciar. Un claro ejemplo de esta actitud la presenció una amiga durante una misa, cuando vio a su vecina presionar a su propia hija para que donará su muñeca más adorada. Sigue sin poder olvidar la cara de angustia de esa niña obligada a ofrecer en sacrificio lo que para ella era un gran valor, por el deber de encajar en el estándar ético que su madre le había impuesto. Posiblemente aprendió que ser una “buena niña” significaba subordinar sus propios deseos a los deseos y necesidades ajenas.
También vemos a los padres que prefieren ver a sus hijos dentro del bando de los que se llevan el mundo por delante y nada los detiene. Padres que enseñan a sus hijos a ser lobos por miedo a que se transformen en ovejas, que los empujan a lograr lo que se proponen no importa cómo o a costa de quién. El ejemplo lo presencié yo misma en un partido de fútbol de adolescentes. Uno de los padres que observaba el juego desde fuera de la cancha, le grita a su hijo – quien marcaba a un rival en dominio de la pelota – : “Partile las piernas al medio de una patada y sacale la pelota!” Para ellos, el fin justifica los medios.
En una sociedad donde solo existen estas dos alternativas, las relaciones de las partes serán un juego de suma cero. Si quieres ser bueno, debes estar dispuesto a relegarte y renunciar a tus deseos. Si quieres obtener lo que te propones, entonces debes estar dispuesto a atropellar a los demás. Víctimas y victimarios. Buenos y malos. Altruistas y depredadores. Pero en ninguno de los dos casos, las personas logran sentirse plenas, íntegras, respetuosas de sí mismas y de los demás al mismo tiempo, y capaces de generar relaciones de mutuo beneficio.
El otro problema de esta falsa alternativa, es que logra que las personas terminen juzgando las acciones humanas no por su consecuencia objetiva en la realidad ni tampoco por las virtudes y habilidades que las mismas demandan de su autor, sino por quiénes son sus beneficiarios directos. Y así tendremos a aquellos que creen que solo una acción es buena cuando los beneficiarios son los otros, y aquellos que creen que una acción es buena por el simple hecho de ser uno mismo el beneficiario. Ninguna de las posiciones pone el foco en la naturaleza de la acción. Si un hombre muere al intentar salvar imprudentemente a un completo desconocido, los altruistas aplaudirán en su entierro. Si un empresario obtiene un privilegio porque ofreció dinero al político de turno, los depredadores lo aplaudirán en su celebración. Si un hombre decide gastar parte de su fortuna ganada honradamente en dos mansiones y un yate, los altruistas criticarán su codicia. Si un hombre íntegro se niega a hacer un negocio millonario pero sucio, los depredadores lo tildarán de estúpido.
Pero existe una tercera opción que es la que Rand propone en su libro: el egoísmo racional. El egoísta racional tiene a la propia felicidad como objetivo fundamental de su vida, pero la encuentra en valores objetivamente buenos, aceptando la realidad como árbitro, la razón como juez, y los derechos ajenos a la vida, a la libertad y a la propiedad como límite intransigible.
La ética del egoísmo racional está basada en el hecho de que el hombre es un ser individual, con su propio cuerpo y su propia mente, con sus propias habilidades, sus deseos y sus sueños. Con derecho a vivir para sí mismo y llevar a cabo las acciones que le permita conservar sus valores. El egoísta racional considera que tiene derecho a vivir por sí mismo y no está dispuesto a convertirse en un animal de sacrificio para satisfacer los deseos ajenos, ni espera convertirse en el verdugo de sus hermanos pidiéndoles a ellos que se sacrifiquen por él.
El egoísta racional es el niño que conserva sus propios juguetes cuando lo desea y también los comparte cuando y con quien desea. No considera que cualquier niño caprichoso merece su generosidad, sino solo aquellos que él valora y respeta. Cuando un niño egoísta racional comparte un juguete, no siente su generosidad como un sacrificio en el que pierde (como la niña obligada a entregar su muñeca preferida), sino como un placer en el que se ve recompensado con un valor mayor al que entrega. Sigue su propio interés y no su propia inmolación.
Estos niños se transformaran, con suerte, en adultos egoístas racionales, que no estarán dispuestos a ser sacrificados ni por depredadores individuales ni grupales, y que tampoco estarán interesados en sacrificar a nadie para lograr su propio beneficio.
Hasta ahora, la falsa alternativa dador/depredador con la que hemos venido lidiando no ha hecho otra cosa que generar grietas dentro de la sociedad, entre aquellos ya cansados de vivir para los demás por deber, y aquellos ya demasiado cómodos viviendo a costa de los primeros y con pocas intenciones de renunciar a sus privilegios.
María Marty María Marty
Maria Marty es argentina, licenciada en Comunicación Social, guionista y libertaria. Es la directora ejecutiva de la Fundación para la Responsabilidad Intelectual (FRI). Síguela en @mariamarty16.

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Carlos Antonio Ruiz Villanueva HAY OTRA ENFERMEDAD TAN MALA COMO EL COMUNISMO Y EL FASCISMO: LA DEMAGOGIA DEL POPULISMO QUE NO EDUCA PARA SER BUENOS CIUDADANOS, SINO, POR EL CONTRARIO, ALABA TODO LO DISTORSIONADO DEL FOLKLORE POPULAR COMO UN IDEAL DE CIUDADANO. NO HAY REALIZACIÓN PLENA COMO SERES HUMANOS: SE PRIVILEGIA LO INUSITADAMENTE INFERIOR DE LAS COSTUMBRES, SIN CULTURA, SIN VALORES DIGNOS DE EMULAR. ES EL CULTIVO DE LA MÁS ATROZ VULGARIDAD Y LA PEOR MEDIOCRIDAD SIN ESPERANZA.
Carlos Antonio Ruiz Villanueva CUANDO SE CULTIVA COMO IDEAL LO CONTRARIO A LA PLENA REALIZACIÓN DE LAS POTENCIALIDADES DE CADA HOMBRE, SIN VOLUNTAD DE PODER, SIN VOLUNTAD DE VIVIR Y SIN LA VOLUNTAD DE LA BÚSQUEDA DEL SENTIDO: ESTAMOS ANTE LA INVOLUCIÓN Y EL ATRASO INTEGRAL QUE NO PERMITE EL DESARROLLO ECONÓMICO INTEGRAL, GRADUAL, ASCENDENTE Y ARMÓNICO. HE AQUÍ EL MODELO QUE NO PERMITE EL DESARROLLO DE LAS NACIONES CON FACTORES PERO SIN FUERZAS QUE APALANQUEN LO AUTOSOSTENIBLE Y AUTOSUSTENTABLE  DE UNA MANERA GRADUAL, ASCENDENTE Y ARMÓNICA.


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 El Charnequerismo 
es una enfermedad.
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Los síntomas coinciden con el mal del colectivismo pero la cepa original viene “de atrás” y es una trampa de la cual debemos salir
Publicado en: Opinión

03/07/2017 05:00 AM

Por: Domingo Alberto Rangel
Secretario ejecutivo de Resistencia Civil.
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Un mortal virus recorre Venezuela y no hay antídoto. Por comodidad lo bauticé “Charnequerismo”, sin tener derecho a hacerlo porque advierto que no soy biólogo ni investigador.

Para quienes no habían nacido a la caída del dictador Pérez Jiménez recuerdo entonces que su gobierno a pesar de la resistencia heroica de los partidos AD, PCV y URD, en realidad fue derrocado merced al malestar de los militares y solo después de su cobarde huida a media madrugada fue que salió “el soberano”... a celebrar la libertad... y saquear lo que se pudo.

La leyenda urbana y nuestra historia está llena de ellas, posteriormente inventó, para que la mentira se repita hasta hacerla realidad, que la caída del dictador se debió en especial no a la acción de los militares que se alzaron el primer día de 1958 y que así se mantuvieron hasta el 23 de enero de ese año... sino a la lucha de masas compuestas de estudiantes... y charnequeros.

Como no pretendo vender una pócima curalotodo, aclaro: A ver, entre las desembocaduras de las quebradas Catuche y Anauco, colindando con el Jardín Botánico en el caraqueño San Agustín del Sur, hay un barrio llamado La Charneca que ya existía cuando huyó Pérez Jiménez y cuyos habitantes fueron utilizados por el populismo de entonces para atribuir a las supuestas bondades del lenguaje burdo, las malas maneras y la burla al poder que en nuestro país casi siempre es merecida, de los charnequeros, las causas que explican la repentina caída de un gobierno que acababa de ganar un plebiscito, donde el desempleo no existía y el desabastecimiento menos aún, país que acuñaba monedas de plata y recibía europeos para trabajar en labores muy humildes porque en esos años Venezuela era una mina de oro.

El populismo en esos años amenazaba a sus adversarios políticos con “los charnequeros” que supuestamente armados de cabilla en la mano obligarían que se les concediera cualquier petición “popular” fuese acueducto o la pavimentación de una calle.

De esos años viene la ruptura con una costumbre que desde el segundo tercio del siglo pasado nos había dado a los venezolanos jefes de estado de buen hablar, cultos, pausados, conciliadores y más bien democráticos.

La tendencia consolidaba un largo camino tomando en cuenta que nuestro país, más allá de los deseos de Bolívar, lo funda un hombre que comenzó su vida siendo peón analfabeto y tras institucionalizar algo que se pudiera llamar gobierno y me refiero al general Páez, termina su vida siendo uno de los venezolanos más universales, ricos y cultos.

Nada nuevo pero la irrupción del charnequero en la política significó el comienzo de una ruptura que nos llevó a desechar modales, planificación, vestimenta y acciones pausadas al estilo de Medina Angarita, Rómulo Gallegos, Rafael Caldera, e incluso un comunista como Gustavo Machado... por la improvisación, el chantaje y la violencia mal hablada que caracteriza al charnequirismo.

Eso en la política, pero más recientemente y con la expansión del virus, en el ámbito del empresariado han ido haciendo mutis ricos tranquilos y progresistas como digamos lo fueron Vicente Lecuna, Eugenio Mendoza, Oscar Machado Zuloaga y otros en las regiones... para ser sustituidos por las estridencias, malacrianzas, estafas y malandrerías de Boliburgueses y Bolichicos, quienes compiten en materia de modales con las hermanitas Kardashian o la catirita Hilton que gana titulares cada vez que vomita a la salida de un festejo.

En realidad el barrio de La Charneca no es ni fue lo que la leyenda urbana da por moneda buena: Entre sus habitantes de ayer y de la actualidad se encuentran los mejores albañiles, carpinteros y electricistas de Caracas. Son gente buena, de familia, con valores, pero para la historia el habitante de La Charneca quedó tildado como un ser intransigente, ruidoso, mal hablado, sinvergüenza, vago y alzado... como lo fue en el papel que en la radio y la TV de la época caracterizó Guillermo Rodríguez Blanco, también conocido como “Julián Pacheco”, supuesto charnequero.

Es de notar que ese estilo de políticos que se disfrazan de malandros han tenido éxito a pesar de que le hacen daño a la sociedad y no me vienen a la mente en este peculiar momento solo los chavistas más exaltados en el arte del populismo mal hablado como Pedro Carreño, sino que más bien debo ser justo recordando que a principios de la democracia puntofijista los adecos adoptaron al charnequero como “compañerito de partido” quizás para evitar que otros ganaran votos populares con el mal comportamiento.

Ese modelo, viral diría yo, ahora en épocas bolivarianas y demagogas, cunde en todos los estratos de nuestra sociedad, inclusive entre el empresariado, los figurines sociales y el mundo de las finanzas. Ya he mencionado empresarios pero que tal si recuerdo a otras plagas, unos supuestamente chavistas, otros opositores, camuflados de políticos y disfrazados de charnequeros que desde Miami financian los dos polos de la pugna. Unas veces pagan la nómina que alimenta la violencia en las protestas ciudadanas... otras financian homenajes a oficialistas ladrones, de dudosos logros... otras a expulsados del gobierno que pese a todo pretenden ser la quintaescencia del chavismo, como si eso fuese algo para celebrar. Personajes para desconfiar y cuyos ejemplos de vida no se deben seguir.

De esta trampa que lleva años, tantos como cuando Enrique Mendoza se disfrazó de malhechor petareño para supuestamente ser “más popular”... o cuando el resto de la actual camada de directivos no solo del PSUV sino de la Mud se caracterizan como malandros y se visten como tales, hablan, gesticulan y actúan como si estuviesen en el programa del recordado Julián Pacheco y hasta cometen como Julio Borges la bobería de presentarse cual conserjes de la Asamblea Nacional a pesar de presidir ese Poder del estado... ante a un coronel charnequero... cuando la prestancia del cargo estaba protegida averiguando con una llamada telefónica. Ramos Allup lo habría hecho peor.

Sacar el país del inmenso atolladero donde nos encontramos implica cambios verdaderos, no solo en los mensajes esperanzadores que se deben inculcar en quienes nos lean... pro mercado... pro capitalismo popular... sino también una oposición exitosa debe abandonar en pro de la formalidad requerida... el charnequerismo que infectó tanto a los oficialistas de Maduro como a los integrantes de la Mud... desde Borges y Guevara hasta María Corina y los diputados.


1 comentario:

  1. LA VIRTUD DEL EGOÍSMO.

    El egoísta racional tiene a la propia felicidad como objetivo fundamental de su vida, pero la encuentra en valores objetivamente buenos, aceptando la realidad como árbitro, la razón como juez, y los derechos ajenos a la vida, a la libertad y a la propiedad como límite intransigible.
    La ética del egoísmo racional está basada en el hecho de que el hombre es un ser individual, con su propio cuerpo y su propia mente, con sus propias habilidades, sus deseos y sus sueños. Con derecho a vivir para sí mismo y llevar a cabo las acciones que le permita conservar sus valores. El egoísta racional considera que tiene derecho a vivir por sí mismo y no está dispuesto a convertirse en un animal de sacrificio para satisfacer los deseos ajenos, ni espera convertirse en el verdugo de sus hermanos pidiéndoles a ellos que se sacrifiquen por él.

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