FUERZA ARMADA NACIONAL DEBE DEFENDER INTEGRIDAD TERRITORIAL DE VENEZUELA POR LOS PRINCIPIOS IURIS JURIS Y IURIS FACTO.
Carl Greenidge, vicepresidente de Guyana: "El reclamo de Venezuela sobre el Esequibo es absurdo"
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Como cabe esperar de una disputa que amenaza a casi dos tercios de lo que Guyana considera su territorio, los reclamos de Venezuela sobre la región del Esequibo acostumbran ocupar un lugar prominente en la agenda del ministro de Relaciones Exteriores guyanés.
De visita en Londres para una reunión de ministros de la Mancomunidad Británica, Carl B. Greenidge tocó el tema con sus colegas del Commonwelth y lo incluyó en una conferencia sobre los retos de la pequeña nación sudamericana que dictará en la prestigiosa London School of Economics.
Y el también vicepresidente guyanés habló del asunto con BBC Mundo a menos de un mes del nombramiento de un nuevo mediador de Naciones Unidas para la controversia, que se volvió a calentar en 2015 luego del descubrimiento de importantes yacimientos petroleros mar afuera de la zona en reclamación.
El mediador es diplomático noruego Dan Nylander, mejor conocido en América Latina por su papel de garante del proceso de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC.
Pero aunque el también vicepresidente de Guyana celebró las credenciales del nuevo enviado de la ONU, también insistió en que ya era hora de llevar el asunto ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya para su resolución.
¿En dónde están en estos momentos los esfuerzos por resolver la controversia?
En el marco de lo estipulado por el Acuerdo de Ginebra de 1966, el Secretario General de Naciones Unidas convocó a una reunión entre los dos países en septiembre de 2016.
Pero en diferentes intervenciones también había prometido dar por concluido el ejercicio de sus buenos oficios en diciembre de 2016, asegurando que si para esa fecha el asunto no había sido resuelto, lo iba a referir a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El tema no fue resuelto, pero justo antes de irse el Secretario General (Ban Ki-moon) tomó la decisión de darle más tiempo al diálogo, por otro año, insistiendo en que si esa extensión no producía los frutos esperados -es decir, si no había progreso sustancial en la resolución de la controversia, específicamente la supuesta nulidad del laudo arbitral de 1889- entonces sí lo iba a referir a la corte.
El laudo de 1899 es, por supuesto, el único tratado que rige las fronteras de Guyana. A menudo se menciona el Acuerdo de Ginebra, pero este no hace absolutamente ninguna mención a cambios de territorio, no menciona para nada algún intercambio de personas entre los países.
Lo que dice (el Acuerdo de Ginebra) es que si los dos países no pueden ponerse de acuerdo en una solución pacífica de la controversia, lo que el Secretario General de la ONU debe hacer es elegir del menú (de posibles mecanismos de solución) contenido en el artículo 33 de la carta de Naciones Unidas.
¿Y cree que con este cronograma y la aparentemente inminente entrada en juego de la Corte Internacional de Justicia, se acerca la solución definitiva de esta controversia de casi 200 años?
No es una disputa de 200 años…
Bueno, son casi 170… (La denominada Línea Schomburgk, que sirvió de base a la frontera que es objeto de la controversia, se trazó en 1840).
No, yo lo pondría diferente. La disputa empezó en la década de 1890, tal vez un poquito antes, cuando Estados Unidos ayudó a que Venezuela pudiera llevar a Reino Unido a una mesa de arbitraje.
En esa mesa, ellos recibieron la boca del río Orinoco y acordaron, como parte del Tratado de Washington de 1897, aceptar la decisión del tribunal de arbitraje como final y definitiva.
Por lo tanto, en lo que a nosotros respecta, ese reclamo acabó en ese momento: Venezuela recibió territorio, Guyana recibió territorio y el tratado operó sin problemas por 63 años.
Es a partir de 1962 cuando los actuales problemas empiezan.
En cualquier caso es un problema que se ha prolongado por mucho tiempo…
¡Por demasiado tiempo!
¿Y creen ustedes que una solución definitiva por fin está cerca?
Obviamente una solución definitiva requiere que las dos partes acepten e implementen lo que han acordado. Y hemos tenido problemas con la voluntad del gobierno de Venezuela para honrar sus obligaciones, lo que no ha sido un problema sólo de Guyana.
Creemos sin embargo que la naturaleza de este reclamo, que es que hay un tratado nulo y sin efecto, es uno que normalmente puede ser resuelto por una corte. Un país no puede decidirlo unilateralmente, que es lo que ha pasado en este caso.
Entonces, en nuestra opinión, una vez que el tema sea llevado a la corte, va a ser resuelto en el sentido de que no se va a poder volver a utilizar esa excusa.
Por supuesto, las fronteras no son nunca perfectas, así que no esperamos que los problemas vayan a desaparecer completamente. ¡Pero el hecho es que el reclamo en sí mismo es tan absurdo que Venezuela nunca jamás ha ejercido soberanía sobre el Esequibo!
¿Qué hace "absurdos" los reclamos venezolanos?
Después de que las Provincias Unidas (de los Países Bajos) se separaron de España en 1648 -después del tratado de Münster- España nunca tuvo soberanía sobre el área, pues esa se les concedió a los holandeses tal y como estipulaba el tratado.
Y cuando Holanda perdió las guerras napoleónicas, al pelear del lado de los franceses, el territorio le fue transferido a Gran Bretaña en 1814. Y luego nosotros obtuvimos la independencia, en 1966.
"Venezuela nunca jamás ha ejercido soberanía sobre el Esequibo".
AFP
En otras palabras, nunca nadie de habla española ha ejercido soberanía sobre el territorio. De hecho en la Guyana se pueden encontrar lugares hasta con nombres en francés, como resultado de incursiones de piratas franceses, pero no hay ningún lugar con nombres en español, ni en la costa de Guyana ni en Esequibo.
Y cuando se abolió la esclavitud en Guyana, en 1834, fue el resultado de un conflicto entre esclavos que hablaban inglés y holandés con los ingleses dueños de las plantaciones. No hay ninguna mención, ninguna evidencia, ninguna prueba del involucramiento de gente de habla española.
De hecho, si el Esequibo en realidad hubiera sido parte de la Capitanía General de Venezuela los esclavos africanos no habrían conseguido su libertad hasta 1865. Ese es otro testimonio de lo absurdo de este reclamo.
¿Y si en realidad la disputa es tan absurda, por qué no ha podido resolverse?
Por un asunto de poder. El reclamo es absurdo pero se ha perpetuado por la asimetría de poder entre los dos países.
Cuando Guyana se acercaba a su independencia en 1966 los venezolanos les dijeron a los británicos que a menos de que el tema del territorio fuera resuelto, Venezuela no iba a permitir que Guyana obtuviera su independencia. Entonces los británicos recurrieron una vez más a una negociación y fue ahí se negoció el Acuerdo de Ginebra.
Desde entonces, Venezuela ha sido capaz de obligar a Guyana a hacer ciertas cosas.
Por ejemplo, ocupó la isla de Anacoco, que según el tratado de 1899 es compartida por los dos países, pero Venezuela la ocupó militarmente en 1968. Y en 2013, cuando el barco estadounidense Anadarko hacia exploración sísmica en la plataforma marina, Venezuela capturó la embarcación.
Además, recientemente el congreso venezolano aprobó una ley que dice que el espacio marítimo frente a la costas de Esequibo, Demerara y Berbice, es decir de toda la Guyana, e incluso el que está frente a las costas de Surinam, le pertenecen a Venezuela, y por lo tanto no permitirán perforaciones petroleras en esas áreas.
Esa es una posición ignorante, pues el acuerdo de Ginebra en ninguna parte dice nada sobre el tema del espacio marítimo. Y aunque Venezuela tenga derechos, porque tiene costa, no puede ser que sus derechos marítimos dejen a Guyana y Surinam sin espacio marítimo.
Entonces, aunque la ley dice una cosa, Venezuela ha tenido en el pasado la capacidad de hacer lo que quiera, o casi todo lo que quiere, y ejercer presión militar porque es mucho más poderosa. Dos divisiones del ejército venezolano prácticamente equivalen a toda la población de Guyana.
"Dos divisiones del ejército venezolano prácticamente equivalen a toda la población de Guyana".
AFP
Venezuela tiene casi 40 veces la población de Guyana, pero también un territorio varias veces más grande. Es decir, está tan escasamente poblada como Guyana. Así que es sorprendente que estén peleando por tener más territorio.
Pero claro, habiendo obtenido la boca del Orinoco como parte del acuerdo de 1899, y siendo en la actualidad los dueños de algunos de los terrenos más valiosos del mundo, pero habiéndolos malgastado y dejado a su gente en dificultades, ahora están buscando otros recursos. Eso es lo que está detrás de todo esto.
¿Qué piensa usted que Venezuela consideraría una solución "práctica, pacífica y satisfactoria", que es lo que mandaba conseguir el acuerdo de Ginebra?
No tengo idea de lo que Venezuela necesita. Y si un país es capaz de firmar un tratado diciendo que van a aceptar el resultado de un proceso como final y definitivo, y luego reniega de ese compromiso, es muy difícil tener fe de que se puede llegar a un acuerdo entre los dos países que vaya a ser honrado.
Por eso es que Guyana en ninguna circunstancia va a aceptar un simple acuerdo bilateral, porque si Venezuela puede romper un tratado que involucraba también a Reino Unido y Estados Unidos, sería muy temerario asumir que podemos trabajar juntos y estructurar un acuerdo hoy que ellos vayan a respetar mañana.
Entonces no sé. Sólo sé lo que dice el derecho internacional: si firmas un tratado, no puedes unilateralmente renegar ese tratado, ninguna solución práctica puede permitirles renegar de ese tratado.
Podemos hablar de todo lo demás que ellos quieran, pero los derechos consagrados en el Acuerdo de Ginebra no pueden ser renunciados.
Venezuela sostiene, sin embargo, que el proceso de arbitraje estuvo viciado…
Eso es un disparate total.
¿Ya sabe a qué me refiero, no? La carta, las acusaciones de colusión...
Sí, pero para empezar, si usted cree que los dos somos los beneficiarios de una decisión que está viciada, usted no puede tomar la parte de la decisión que lo beneficia a usted -en este caso la de quedarse con el Orinoco, su cuenca y la ribera oriental (del río Cuyuní)-, trabajar con ella durante 61 años y una mañana levantarse y decir '¿Saben qué? Quiero todo lo demás. Y vamos a exigir lo demás'.
Uno tiene que ir a un cuerpo independiente y que ese cuerpo independiente tome una decisión.
En cuanto a las alegaciones de que el tratado estuvo sesgado y que los venezolanos no estaban representados en el panel de arbitraje, déjeme decirle esto: los venezolanos eligieron a sus representantes en el panel.
Y como fue Estados Unidos el que forzó a que Reino Unido se sentara a la mesa de negociación Venezuela eligió a un expresidente de la Corte Suprema de EE.UU. ¡Y su abogado era un expresidente de EE.UU.! ¡No se puede conseguir más músculo legal que eso! Venezuela ciertamente no tenía esa capacidad en esa época. Pero tenía representantes.
Por lo demás, el hombre que luego hizo las alegaciones que alimentan el argumento venezolano -que el laudo arbitral estaba sesgado porque debería haberle dado a Venezuela ya fuera todo o nada, que es un argumento ridículo-, ese hombre (Severo Mallet Prevost) hacía parte el panel y en su momento, en 1899, dijo que era justo. Eso está documentado en reportes de Reuters, de The Times.
O sea que dejó que pasaran cuarenta y pico de años, casi 50 para escribir una carta, diciendo que la misma no debía ser abierta sino hasta después de su muerte. Y cuando abrieron la carta ahí se afirmaba que (Federik) De Martens -quien era el presidente del tribunal y estuvo nominado al premio Nobel de la paz por sus esfuerzos como mediador en la segunda mitad del siglo XIX- se había coludido con los británicos…
Ahora, está bien hacer esas acusaciones, Pero ¿por qué no las hizo cuando estaba vivo? ¿Y por qué esperó hasta después de haber recibido una condecoración de Venezuela, poco antes de morir? ¿Por qué no le dio una oportunidad de defenderse a las personas que participaron en el acuerdo?
Venezuela jamás ha proporcionado ninguna prueba de que la colusión se produjo".
BBC Mundo
Es absolutamente ridículo. Y durante todo el tiempo en el que Venezuela ha esgrimido ese argumento, Venezuela jamás ha proporcionado ninguna prueba de que esa colusión se produjo o que en alguna manera afectó la justicia del acuerdo.
¿Y cree que todo eso se puede aclarar yendo a La Haya? ¿Qué es lo que tendría que establecer la Corte Internacional?
Si se argumenta que el acurdo de 1899 es nulo e invalido, la corte tiene que establecer si existe otro acuerdo (que defina las fronteras entre Venezuela y Guyana).
Pero antes tiene que establecer si en el acuerdo de Ginebra de 1966 está implícito que el laudo arbitral de 1899 es nulo e inválido. Y no pueden llegar a esa concusión porque el acuerdo no dice eso.
¿Hay por tanto un país que se ha estado comportando de una forma que es consistente con el derecho internacional simplemente para ignorar un tratado que aceptaron y honraron por 61 años? ¿Y es eso aceptable? Esas son las cosas que la corte debe decidir.
Si se le permite a un país ignorar el derecho internacional y aplicar sus propias fórmulas porque tiene dinero, o porque tiene poder militar, estaremos regresando a una era de caos y creo que no estamos listos para eso. Ya hay suficiente caos en todo el mundo sin que le permitamos a regímenes descarriados despertarse un día y hacer lo que quieran.
Pero si es tan evidente que la única forma de resolver esto es yendo a la Corte Internacional, ¿por qué ha tomado tanto tiempo? Los esfuerzos de medición de la ONU ya duran más de 40 años. ¿Hubo alguna vez progreso?
Yo diría que hasta la última decisión del Secretario General, que nos fue comunicada en febrero de 2017, no ha había habido absolutamente ningún progreso, ni una gota.
Lo que pasó entre 1966 y 2017, antes de esa carta, fue simplemente que Venezuela se estuvo saliendo con la suya.
Hubo una moratoria, negociada mutuamente, que duró 12 años y fue rota unilateralmente por Venezuela. En 1968 Venezuela reclamó todo el mar territorial de Guyana mediante el decreto Leoni, que jamás fue retirado.
Y en 2013 Venezuela capturó un barco que operaba en nuestra plataforma, haciendo que la empresa Anadarko se fuera y nunca volviera.
También hemos tenido incidentes tierra adentro, con aviones venezolanos atacando embarcaciones que operaban en el rio Cuyuní, en la porción del rio Cuyuní que el tribunal de arbitraje le dio a Guyana…
O sea que desde 1966 a la fecha hemos tenido mesetas, con buenas relaciones entre ambos lados, y valles, en el que se ha ejercido presión militar para tratar de obtener mayor territorio.
Ahora, dado que el reclamo es uno de nulidad, es uno que puede ser resuelto por una corte de justicia.
No quiero decir con esto que confíe completamente en la Corte Internacional de Justicia, porque no es así. Como todo tribunal está integrado por seres humanos y nunca ha estado completamente libre de influencias políticas.
Pero al menos es un órgano independiente que puede examinar el reclamo y tomar una decisión con carácter legal que pueda terminar con este problema.
¿Guyana reconocería esa decisión, cualquiera que fuera?
Nosotros vamos a acatar la decisión de la corte. Sería el final del camino.
¿Y qué tanto apetito ve del lado venezolano para ir a La Haya?
Venezuela ya ha indicado, a través de su ministra de Relaciones Exteriores y de su presidente, que no les entusiasma la idea. O peor, que no están dispuestos a ir a la Corte Internacional.
FUERZA ARMADA NACIONAL DEBE CUMPLIR JURAMENTO DE DEFENDER LOS LÍMITES TERRITORIALES DE VENEZUELA. PARA ESO DEBE DEJAR DE SER DELIBERANTE CASTRO COMUNISTA Y SER BELIGERANTE CON DERECHO PARA CUMPLIR SUS DEBERES NACIONALES.
ResponderEliminarAGREGAR COMENTARIOS SOBRE LA MATERIA PARA AMPLIAR EL DEBATE NACIONAL.
ResponderEliminarFUERZA ARMADA NACIONAL DEBE DEFENDER INTEGRIDAD TERRITORIAL DE VENEZUELA POR LOS PRINCIPIOS IURIS JURIS Y IURIS FACTO.
Venezuela tiene un año para resolver por las buenas el litigio del Esequibo con Guyana… o quizás perderlo.
ResponderEliminarVenezuela, está claro, no quiere ir a la Corte Internacional de La Haya. Su posición fue siempre la de mantener sine die la presencia del mediador, con la esperanza de lograr un arreglo con el país vecino. La posición de Guyana, en cambio, ha sido la contraria: confía en una resolución rápida en la Corte que le permita desarrollar sus riquezas sin intervención o amenazas de Venezuela; mucho más con un vecino tan irritable y levantisco como el “chavismo”.
Las decisiones de la Corte de La Haya son inapelables para el país, que efectivamente no tiene actualmente jurisdicción efectiva en el territorio (la jurisdicción corresponde a Guyana, sin duda, y Venezuela ha respetado esas fronteras establecidas en el Laudo de París desde la llamada Rebelión del Rupununi, en 1969).
Solo como antecedente, sirva la resolución de la Corte en el conflicto fronterizo entre Colombia y Nicaragua en 2012: A pesar de que concede territorios colombianos a Nicaragua, no ha podido hacerse cumplir porque Colombia desconoció a la Corte. Como la jurisdicción de los territorios pertenece a este país, la alternativa es un conflicto bélico de impredecible resultado.
¿Cuál sería la alternativa de Venezuela ante un fallo en contra de la Corte de La Haya? Probablemente una semejante. Con un agravante: todos los poderes fácticos del mundo y de la región (desde el Departamento de Estado de Estados Unidos, donde hay un representante de la Exxon Mobil, hasta Caricom, Brasil y la Cancillería cubana, que se han mostrado a favor de Guyana en la controversia) estarían de acuerdo con una decisión favorable a la república angloparlante.
VENEZUELA TIENE UN AÑO PARA RESOLCER... PARTE II.
ResponderEliminarEl panorama luce muy complicado para Venezuela, además, porque las pretensiones son rígidas. Guyana aspira a la integralidad de su territorio, y Venezuela, a la totalidad de la zona en reclamación. Como siempre sucede en los conflictos de tierra, estos están ligados a la soberanía, entendida esta última como la jurisdicción sobre un espacio.
En Venezuela, históricamente, nadie ha querido ser el que haya perdido el Esequibo. Es por esto que Maduro pide apoyo a la oposición, expresado en un insólito punto del frustrado diálogo entre el Gobierno y la Mesa de la Unidad Democrática, en Venezuela, en el que se pone como protagonista el tema del Esequibo como un tema nacional.
Durante 2017, el territorio se convertirá en un asunto más que deberá atender la inexperta, ideologizada y sobre todo desprestigiada Cancillería venezolana.
Las perspectivas, como muestra todo lo anterior, no son buenas. Esto, sin siquiera querer imaginar un escenario como el de Argentina en 1982, donde a los militares se les ocurrió una guerrita reivindicadora para mantener en el poder a una dictadura moribunda.
Pedro García Otero Pedro García Otero
Pedro García fue editor del PanAm Post en español. Periodista venezolano con 25 años de experiencia en cobertura de temas económicos, políticos y locales para prensa, radio, TV y web. Síguelo @PedroGarciaO.
VENEZUELA TIENE UN AÑO PARA RESOLVER... PARTE III.
ResponderEliminarEl hallazgo de ingentes cantidades de petróleo en el Esequibo y en la costa de Guyana reclamada por Venezuela han exacerbado la controversia entre ambos países. (Youtube)
En medio del Carnaval, que es feriado en Venezuela, ha pasado prácticamente desapercibido el nombramiento, por parte del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, de Dag Nylander como nuevo mediador en el litigio entre la República Cooperativa de Guyana y la República Bolivariana de Venezuela en el diferendo que tienen en relación con el territorio Esequibo, una franja de 159.000 kilómetros en la que Guyana tiene soberanía y que fue arrebatada a Venezuela por Gran Bretaña a mediados del siglo XIX, y que es el litigio territorial más importante, por su extensión, en el continente americano.
Nylander sustituirá a Norman Girvan, antiguo mediador entre las dos naciones, quien murió en 2014 sin lograr resolver el diferendo en el que trabajó durante cuatro años (al igual que sus dos predecesores entre 1989 y 2010); y tiene el mandato expedito de Guterres de realizar una “mediación reforzada”, hasta finales de este año, según informó Stephane Dujarric, portavoz de Guterres.
Además tiene un mandato claro, derivado de una resolución de la ONU del pasado 16 de diciembre, en la que se afirma que si el caso no se resuelve el 31 de diciembre de 2017, pasará a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
VENEZUELA TIENE UN AÑO PARA RESOLVER... PARTE IV.
ResponderEliminarNylander no es cualquier diplomático. Viene de ser el representante de Noruega en los diálogos de paz entre Colombia y las FARC, en los que participó como garante del proceso junto con Cuba; conoce bien Latinoamérica, y de primera mano, seguramente, a los representantes diplomáticos venezolanos, que junto con los chilenos, fueron los países involucrados en el proceso de paz. No fue un proceso sencillo: le consumió una década de su vida, en la que aprendió perfecto español.
Nylander tuvo un rol significativo en el proceso de paz colombiano. (El Español)
Nylander tuvo un rol significativo en el proceso de paz colombiano. (El Español)
De lo que se resuelva en las negociaciones entre Venezuela y Guyana dependerá una nueva geopolítica de la región; y muy a pesar de las relaciones que pueda haber forjado Nylander con la cancillería venezolana durante la década que pasó gestionando la paz en Colombia, las perspectivas no son buenas para este país, y sí para los intereses de Guyana.
Y este, debe aclararse, no es solo un litigio por tierra, sino por dinero: hay involucrada una fortuna bajo el subsuelo, en forma de petróleo, y también una vieja conocida de Guyana y Venezuela, la Exxon Mobil, cuyo expresidente hasta el año pasado (sorpresa) es nada menos que Rex Tillerson, hoy secretario de Estado de Donald Trump en Estados Unidos.
VENEZUELA TIENE UN AÑO PARA RESOLVER...PARTE V.
ResponderEliminarUna deuda histórica
El Laudo Arbitral de París (1899) en el que Venezuela ni siquiera participó, define las actuales fronteras entre Venezuela y lo que en aquel momento era la Guayana Británica. En 1966, pocos meses de que Gran Bretaña (que había tomado los territorios por la fuerza a mediados del siglo XIX) concediera la independencia a lo que hoy es la República Cooperativa de Guyana (para la cual el Esequibo representa dos tercios de su territorio), se firmó el Acuerdo de Ginebra, en el que la ONU reconoce que Venezuela tiene un reclamo válido y se constituye la figura del buen oficiante.
Y si la posición de la democracia venezolana fue constante en su reclamo de esa franja de tierra, sufrió un grave daño cuando esta terminó: en 2004, en una visita a Georgetown, capital de Guyana, Hugo Chávez afirmó que “el Gobierno venezolano no será un obstáculo para cualquier proyecto a ser conducido en el Esequibo, y cuyo propósito sea beneficiar a los habitantes del área”.
Esta declaración, desde entonces, ha sido esgrimida por los gobiernos guyaneses para iniciar la exploración, y posteriormente la explotación, de petróleo, no solo en el territorio en reclamación, sino también en sus aguas conexas. Y a pesar de las protestas de Venezuela, en 2015, comenzó la explotación de petróleo por parte de Exxon Mobil en las costas guyanesas y el descubrimiento, en 2016, de un yacimiento de grandes dimensiones en la zona.
Exxon Mobil, para la “revolución bolivariana”, no es cualquier enemigo: mantuvo el litigio más cuantioso de los que enfrentó el país en el Centro Internacional de Arbitraje de Diferencias Comerciales (Ciadi) por sus confiscaciones, y Venezuela se vio obligada a cancelar 1,6 millardos de dólares, aunque finalmente, un año después, prosperó una demanda de anulación del país. Y aunque la cifra parezca alta, era mucho menor a los $22 millardos que pretendía inicialmente la Exxon Mobil.
Pero allí no solo está Exxon Mobil. También está como su socia Nexen Petroleum Guyana, Ltd., propiedad de la China National Offshore Corp. Esta es socia de PDVSA en la Faja Petrolífera del Orinoco y (más preocupante aún) en el proyecto de Gas Mariscal Sucre, en la costa oriental del país, colindante con las aguas territoriales de Guyana y Trinidad.
Este proyecto, que no ha podido desarrollarse en un cuarto de siglo por los “ires y venires” de las políticas económicas “chavistas” consiste en la explotación de un gigantesco bolsón de gas natural en la plataforma marítima venezolana.
Todo este panorama llevó al Gobierno venezolano a sobrerreaccionar en 2015 con la publicación de un decreto denominado de “Zonas Operativas de Defensa Marítima e Insular” (Zodimain) que incluía en el mapa del país toda la plataforma continental frente a las costas de Guyana, lo que este país consideró “una provocación”, y lo denunció internacionalmente.
El Ministerio de la Defensa venezolano modificó el mapa posteriormente, pero la alarma causada por la beligerancia venezolana ya había quedado sembrada en la diplomacia internacional, y fue lo que llevó a Ban Ki Moon, antecesor de Guterres, a reactivar urgentemente la resolución de la controversia, lo que cristalizó a fines del año pasado con el anuncio (salomónico) de nombrar a un oficiante breve y si el caso no se resuelve, llevarlo a la Corte Internacional de La Haya.
Maduro, perdedor histórico
¿Puede quedar el presidente venezolano, Nicolás Maduro, como el hombre “que perdió el Esequibo”? Lamentablemente para Venezuela, un país que realizó durante casi 80 años (empezando en la década de los 40 y terminando en los primeros años de Hugo Chávez, en los que se mantuvo el statu quo en la diplomacia venezolana sobre el tema) una labor de filigrana para recuperar el territorio, o por lo menos para que no cesara su pretensión sobre el mismo, la respuesta es “Sí”.